Desde dónde te escribo

Desde donde te escribo me comen los papeles. Un día alguien me regala un cuento y ahí va; otro lo escribo yo, y ahí se queda; o se me ocurre una idea que no puede esperar a las teclas perezosas, y ahí también. Y los papeles se van acumulando, convirtiéndose en montón. Algunas veces, también aparecen libros que se hacen un hueco. Diccionarios, cuadernos, revistas, carpetas, algún apunte... Todos dándose codazos, encajándose al azar.
Pero hoy no. Porque hoy venías tú. Y los papeles se han guardado en los cajones, y han despejado el tablero para que puedas ver las cosas que en él habitan. 
Mi escritorio se ha ido construyendo solo, como sin darme cuenta. ¿Te acuerdas de este otoño de sol radiante? Nunca supe si fue el otoño que no venía o el verano que no se iba. Salí uno de esos días al campo, y sólo dos cosas me recordaban la estación: los colores y las hojas que iban cayendo, ellas sí, puntuales. Por aquellos días, había querido la casualidad que leyera esta manera de crear un ramo de rosas sin rosas, y que después de varios intentos, alguna hoja se convirtiera efectivamente en rosa, o en casi rosa.
(mi favorita)

Luego llegó el invierno, y con él los reyes magos, que me dejaron el poder de crear palabras.
Y el escritorio se fue haciendo poco a poco, sobre un tablero anodino de Ikea, y bajo una ventana con mucha luz. Tanta, tanta luz, que tuvimos que regularla con un estor. Un estor blanco que se convirtió en lienzo para una cara que desde entonces me espía por el rabillo del ojo, un poco sorprendida, cada vez que me siento a contarte algunas cosas.

Como tengo muy mala memoria, necesitaba un lugar en el que escribir las cosas importantes y colgar los papeles con las cosas bonitas. ¡Y encontré dos! Dos tableros a la puerta de mi casa, que esperaban convertirse en pizarra e imán gracias a las pinturas casi mágicas y maravillosas.




Y así se ha ido construyendo, casi sin darme cuenta, el espacio en el que me siento, tan a gusto, a esperar a las musas. Porque con ellas hay que estar alerta. Aparecen sin avisar, y más vale que te pillen tan contenta.



Comentarios

  1. Qué chulooooooooo!
    Cuéntame cómo has hecho ese estor. Es vinilo, está pintado? Sea lo que sea, repito, qué chulooooo!!!!!

    ResponderEliminar
  2. ayy qué bien que te guste! lo he pintado. me enamoré de la imagen en algún lugar de la red, pero sólo lo encontraba en vinilo. así que me hice con el vinilo, lo copié y voilá!

    ResponderEliminar
  3. hola, me encanto tu espacio!!! que linda la cortina y todos los detalles! los papeles colgados e la pared, el atril, todo divino, un beso

    ResponderEliminar
  4. Me encanta tu espacio, muy moderno, que tengas lindo día!, saludos!.

    ResponderEliminar
  5. Que genial esa cortina!! Me encanto!

    ResponderEliminar
  6. PRECIOSO!!!!!!!!!!! me ha encantado el detalle del estor pintado.
    Besos

    ResponderEliminar
  7. Me encanta tu escritorio , y la cortina genial!
    bss Cristina

    ResponderEliminar
  8. Me encanta tu rincón! es muy personal, lo mejor de toso es la mezcla entre lo moderno y lo vintage! me encantan los sellos de letras.
    besos
    Amina

    ResponderEliminar
  9. Llegué a tu blog desde la página de Bla-d
    Hermosa esa cortina! tu escritorio es un 10.
    Congrat's

    Besos!

    ResponderEliminar
  10. Es increible todo lo que hace. Tiene un gusto exquisito. Es una genio y además mi amiga!!!!. Que lujo tenerte!

    ResponderEliminar
  11. a mi me gustan esas letras que siempre cuelgan alrededor suyo, en todos sus escritorios y sus habitaciones, siempre ha habido frases, palabras, y trozos de papeles rellenos con palabras que motivan y emocionan... es algo que aprendí de tí, las palabras también miman

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. gracias, cariño, por las tuyas, que siempre han sonado a abrazos en mis oídos. hoy las mías están para arrularte

      Eliminar

Publicar un comentario

¿qué te ha parecido? quédate un ratito y cuéntamelo, anda...

Entradas populares